Indicios en el Anschuss. El paso principal para entender la gravedad de las heridas en el cobro.
En mi anterior artículo señalaba la importancia que debe poner el cazador en saber dónde ha impactado en la res para poder indicarlo al equipo rastreador y poder empezar un cobro con toda la información necesaria.
Rafael Centenera
En esta segunda entrega, voy a repasar el segundo gran punto a tener en cuenta cuando acometemos un cobro y que no es otro que los indicios en el anschuss y en el recorrido que hacemos cuando intentamos cobrar una res. Es muy importante a la hora de saber si tendremos éxito o si por el contrario no va a ser posible el cobro.
La verdad es que la confianza en el perro es primordial y si es capaz de seguir un rastro a pesar de saber que el animal está casi entero, ninguno vamos a renunciar, pero es bueno tener una idea de dónde puede llevar el tiro el animal para estar preparados.
En el tiro, la res sufre una rotura de su estructura en forma primero de agujero por donde entra y sale el proyectil o la flecha y en segundo lugar, por las lesiones que producen en su trayectoria. Por ello, pierde pelos, sangre, huesos, dientes, trozos de órganos y contenido estomacal. Así que la presencia de cada uno de esos elementos nos ayuda a comprender por dónde ha entrado nuestro proyectil y por donde ha pasado.
PELOS
Los pelos son lo primero que toca nuestra bala o la punta de la flecha. Dado que no son iguales los de las distintas partes de una res, identificar su procedencia nos ayuda a saber por dónde ha entrado la bala. En el corzo, los pelos del lomo son largos, huecos y pardos o rojizos, mientras que los de la panza son más cortos y muy claros, siendo los de las patas muy cortos y finos. Algo parecido ocurre con el venado y el gamo, pardos en los lomos y claros en la panza, siendo siempre cortos los de las extremidades. En el guarro, los pelos son de similar coloración y de dos tipos: largos y gruesos los exteriores y tipo borra los interiores, que son más abundantes en invierno.
Si encontramos pelos muy cortos podemos empezar a sospechar de un impacto en las patas, mientras que pelos largos nos indican impacto en el cuerpo.
SANGRE
Una herida no siempre deja sangre aunque es lo primero que uno podría esperar en el anschuss. Muchas veces la entrada de la bala, si impacta en una zona con pocos vasos sanguíneos y mucha grasa, puede cerrarse de forma inmediata y no supurar hasta pasados unos metros. Sin embargo, tarde o temprano, todas las heridas acaban dando sangre. Su color y su composición nos dicen mucho de su procedencia.
Si la sangre es de color claro y con burbujas, es un claro signo de ser sangre procedente del pulmón, lo que augura una herida mortal de necesidad. Si es roja intensa es una herida arterial que manará de forma significativa. Esta puede proceder de muchas partes y cada una tiene un daño diferente. Por ejemplo, una herida de jamón produce mucha sangre muy roja que en poco tiempo puede dejar de manar y dejarnos con las ganas de cobrar la res. Si procede de una arteria del cuello o de la cavidad torácica, será más difícil que la herida deje de sangrar hasta llevar a la muerte a la res.
Cuando la sangre es oscura, lo normal es que proceda de una vena o del hígado. En el caso de las venas en las extremidades, la sangre acabará dejando de manar porque los músculos se contraen y acaban cerrando la salida de sangre. Por el contrario, la sangre roja oscura del hígado indica que el animal tiene los minutos contados, puesto que son heridas que no cierran hasta exanguinar a la bestia.
En no pocas ocasiones la sangre viene acompañada de restos de contenido estomacal o de otros líquidos que nos ayudan a identificar su procedencia.
CONTENIDO RUMINAL Y DE ALIMENTACIÓN
Cuando el impacto es en el esófago, el estómago o los intestinos, podemos encontrar restos del bolo alimenticio. En el caso del esófago y en gran medida en el estómago, los restos seguirán siendo identificables como hojas o incluso granos de maíz o bellotas. Por su parte, los restos procedentes del intestino, lo serán ya en forma de papilla verde o de otro color como el amarrillo si es un guarro comiendo frutos o maíz. Distinguir unos y otros es complicado si no se tiene mucha experiencia, pero en todos ellos es mala señal, porque una res herida en el sistema digestivo es una res con una muerte lenta y con mucha fuerza para seguir huyendo. Por supuesto, eso nos debe hacer redoblar los esfuerzos para intentar verla encamada antes de que llegue nuestro perro y rematarla cuanto antes.
HUESOS
Al romper los huesos en el impacto, una parte ellos se va a quedar dentro del la res, pero otros podrán caer al suelo por la entrada o la salida de la bala. Cada hueso en una res es diferente y por ello podemos identificarlos aunque sean solo esquirlas. Lo normal serán huesos de caña o pata, típicamente cilíndricos y huecos en su interior. Mala cosa, porque indican lesión en una extremidad, lo que puede complicar el cobro. A veces incluso encontramos una pata entera o un trozo de pezuña. Momento en que podemos entrar en pánico por lo complicado que será ese cobro.
Los huesos más planos pueden proceder de las costillas o de la escápula. Los primeros tiene cierta curvatura mientras que el hueso escapular es más o menos plano. En ambos casos indican impacto en la caja torácica, lo que es buena señal.
RESTOS DE ÓRGANOS
En no pocas ocasiones, la salida de la bala arrastra consigo restos de órganos que podemos identificar. Los pulmones son gomosos y de color rosado. El hígado es carnoso y de un color muy rojo oscuro. Los intestinos son flácidos y de color claro y están impregnados de materia en digestión. Y por último, los trozos de músculo son como trocitos de filete que nos reflejan una herida en extremidades o cuello. A veces, una herida de panza puede hacer que encontremos verdaderos montones de mondongo que pierde en su huida la res, cosa que no siempre es garantía de cobro.
DIENTES
Por desgracia, en no pocas ocasiones la bala impacta en la boca y lo que nos encontramos en el anschuss es algún trozo de diente o de la mandíbula. Son cobros imposibles porque el animal tendrá mucha fuerza a pesar de perder parte de la boca. Son heridas con mucha sangre que poco a poco se va terminando hasta dejar de manar. He tenido ocasión de ver unos cuantos animales que se han recuperado de heridas en la boca aunque lo normal es que la incapacidad de comer los lleve a una lenta agonía, pero por desgracia a muchos kilómetros del anschuss.
CONCLUSIÓN
Con la información que nos ha suministrado la reacción al tiro y los indicios que encontramos en el anschus y durante el corbo, podemos hacernos una idea de dónde se ha impactado. De ese modo sabremos si la tarea que tenemos es sencilla o complicada.
En uno de los últimos rastros a los que acudí, el cazador me indicó que creía que había impactado en la parte delantera cuando el guarro asomaba al camino desde la siembra y que habían podido seguir un poco el rastro porque daba mucha sangre. Cuando llegué, lo primero que encontré en el anschuss fue un trozo de muela, signo inequívoco de haber impactado en la boca. Tras dos horas de rastro y una buena paliza, perdimos toda esperanza de cobrar aquel cochino que se introdujo en un inmenso maizal a buscar refugio. Lo intentamos a pesar de tener claro desde el inicio de que el cobro sería muy complicado por la fuerza que mantiene una res si solo rompemos mandíbula.
Así que a poner empeño en averiguar por los indicios donde hemos impactado para verificar cuando lleguemos a la res abatida que hemos acertado y así seguir mejorando.
Rafael Centenera
Director Territorial de Aepes Madrid
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