Agusteam uno más y van 12

Jueves 13 de julio de 2023
Una ola de calor asola la península y estando en el centro peninsular no nos libramos. Altas temperaturas de desde primera hora hasta que el sol se esconde.
Son las 9:30, me encuentro trabajando con el ordenador y me entra una llamada de un cazador al que ya rastreé. Me comenta, que esta vez su hijo, acaba de tirar un corzo, con un 270 win a 262 metros y le han agarrado de jamón. Le comento que voy a llamar a Barquilla, el delegado territorial para que le llame y le coja los datos, y que yo puedo ir. Estoy a 25 minutos y disponible a partir de las 11:00. Barquilla anuncia en el grupo el aviso, y por disponibilidad y cercanía finalmente voy yo. Reorganizo mi mañana y me planteo dos opciones:
1- Ir por la mañana. Llegaré sobre las 12:00, la previsión es de 27 Cº, y el corzo esta tirado de las 8:10 am, por lo que solo son 4 horas de antigüedad
2- Ir por la tarde esperando que haga menos calor, pero aumentando la antigüedad del rastro.
Esta semana, como os he comentado mas arriba, esta haciendo mucho calor en la zona. A las 20:30 esta habiendo temperaturas de 29-30 Cº.
Osado yo, en mi corta experiencia en el mundo del rastreo, me decido por la primera. Considero que meternos 12 horas de antigüedad, con temperaturas por encima de los 30Cº encima de un rastro, para ganar unos grados menos en el mercurio, o no…me parece mas arriesgado y que no merece la pena. Además, el corzo de jamón va a estar vivo, y eso nos limita también en el factor luz, a la hora de poder efectuar un posible remate si se nos hecha la noche encima, pues ya me ha pasado mas veces, y curiosamente la última en ese mismo pueblo.
Meditado mas que de sobra, la decisión esta tomada. Lleno varias garrafas de agua que meto en mi mochila, monto a Montes en su transportín, recojo a mi amigo Alberto, que ya le conocéis de otras batallas y partimos. El aire del coche a tope, pensando yo en mis adentros, coge fresco Montes que te va a hacer falta. Llegamos a las 12:20 y salimos para el anchuss. Paramos, nos saludamos y me cuentan. Les digo si hay opción de acercarnos más, pues había una caminata, y quiero que Montes llegue entero. Nos fijamos que la parcela esta segada, y llevo el Jeep. Se monta el cazador con sus bártulos en mi coche, y presto mis prismáticos al padre que andaba lamentándose por haberlos olvidado, y quiere apostarse en la ladera de enfrente para vernos la jugada.
Finalmente llego con el coche hasta 50 metros del anchus. Nos bajamos sin demora, doy agua a Montes que rehúsa, cojo la mochila y vamos al anchuss. Llevo a Montes en brazos para evitar que se fatigue con idea de posarle en el sitio exacto. Llegamos y le voy poniendo la trailla con ayuda de Alberto. En lo que el cazador trata de decirme con precisión donde fue, Montes pone pies en el suelo describe medio circulo y sale ladera abajo. El cazador me confirma que va bien, y mas adelante las primeras gotas de sangre.
Descendemos toda la ladera hasta cortar con una valla, saltamos esta por un hueco y comienza a subir, hasta el punto donde ellos perdieron la sangre, en lo que parece una cama. Hemos hecho 300 metros en 6 minutos. Seguimos subiendo y avanzando ladera adelante cuando de repente montes se acelera. Sospecho que haya pasado hace poco por ahí, ha habido un cambio de ritmo fuerte en el perro. Retrocedemos ladera atrás sin ver nada, igual que subimos hasta el cambio de ritmo. Me planteo dos opciones. Volver a la última sangre o volver al cambio de ritmo. Montes acusa el calor y el cazador me dice que hay un estanque un poco mas atrás, por lo que decido ir al estanque a bañarlo, y retomar de nuevo desde la cama.
Llegamos al estanque y Montes salta y nada deseoso. Le saco y aguantamos a la sombra un poco que baje pulsaciones. El cazador lamentándose, ve como se disipan sus esperanzas en la canícula del ambiente. Le digo animándolo, no te preocupes que hasta el rabo todo es toro. Cojo a Montes de nuevo en brazos y vamos a la ultima sangre. Le pongo y subimos por los mismo pasos. Viéndole como va, me dice el solo , ¡que vino por aquí, por donde hemos ido antes!
Vamos camino de donde llegamos la última vez, pero esta ves nos entretenemos en unas zarzas, veo pelo. Montes, entra, sale, entra sale, yo le intento seguir. De repente sale y continuamos hacia donde ya fuimos. Llegamos a una horquilla de dos chaparras bien marcadas de barro, que fue donde nos quedamos la otra vez, y esta vez en lugar de pasar por la izquierda, las pasa por la derecha. Me fijo que pese al calor, el tirar de la trailla, y la pendiente, Montes nariz en suelo no abre la boca ni un ápice. Seguimos ladera adelante y sigue dándome muestras de lo centrado que va, descartando desvíos que salen de las sendas. Le digo al cazador, “va muy centrado”, mientras disfruto como un niño de lo que estoy viendo en mi perro. Seguimos avanzando ladera adelante y de repente giro de 180º a izquierdas hacia atrás descendiendo un poquito y seguimos hasta meterse entre zarzas y espinos. De repente dice Alberto, ¡ ahí está! Y en lo que el corzo hace por levantarse tiene los caninos e incisivos de Montes agarrados del jamón. El cazador no da crédito. Se apresura y remata al corzo acabando la agonía asegurada, y no de los lances mas emocionantes de su vida. Abrazos, alegría y sonrisas. Esa sensación que no nos entra en el pecho, ya sabéis cuál os digo.
Regresamos a los coches, sacando la pieza, y tomamos una cerveza rápida con cazador y padre. Antes de despedirnos, dice el cazador, ¡ me voy a echar una siesta! Y le respondo, danos las gracias que vas a dormir porque hemos venido, porque si no le cobramos te aseguro que no habías pegado ojo en la siesta. Nos abrazamos entre risas y despedimos.
Y con este son 12 los corzos cobrados esta temporada. Enhorabuena Agusteam!!
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